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MERMELADAS ARTESANALES


SABORES DE OTOÑO Y INVIERNO

Clementina
Kiwi
Kiwi Plátano con jengibre
Kiwi Manzana
Kiwi Pera
Manzana Pera Naranja
Manzana Pera Naranja con Chocolate
Manzana Pera Clementina
Manzana Chocolate
Naranja a la inglesa (con un toque amargo)
Pera con un toque de nuez moscada
Pera Canela Pasas
Zapallo Pera Limón


* Mermeladas muy livianas en azúcar (1 kg de frutas por 350 g de azúcar)
* Mermeladas cocidas en olla de cobre 
* Sin preservantes, ni aditivos
* Preparadas con frutas chilenas y recetas francesas y intuición feminina


PRECIOS

$ 2.000 el pote de plástico reutilizables de 600 g

$ 2.300 el frasco de vidrio de 500 g

¿SABÍAS QUE?

La palabra “mermelada” viene del portugués “inannelo” o “marmelo” que significa membrillo. Hasta el final del siglo XVIII, la mermelada se hacía esencialmente con membrillos.

UN POCO DE HISTORIA

Desde siglos, el ser humano ha buscado la forma de conservar los alimentos para asegurar su sobrevivencia en caso de hambruna.

Cada pueblo con un principio de civilización y al fijarse en un lugar, supo encontrar sus propios medios de conservar los alimentos, permitiéndole así prolongar las estaciones y también aprender, con el juego del intercambio con otros pueblos, cercanos o remotos.

Es difícil remontar al origen de la mermelada. Sin embargo, podemos conceder al Medio Oriente, centro de una civilización antigua y refinada donde se encontraba en abundancia una gran variedad de frutas y la caña de azúcar originaria de Bengala, el lugar donde el arte de confitar alcanzó muy temprano su maestría.

En la Edad Media, en Francia, se habla de “confitura” o “confitería” para designar todos los alimentos cocidos en miel o azúcar de uva (confites, frutas confitadas). El arte de la confitura fue introducido en Francia gracias a las cruzadas en el Oriente, al mismo tiempo como el azúcar de caña y algunas frutas aun desconocida en Europa.

Se menciona la palabra “confiture” en 1393, en un libro de cocina “Le Ménagier de Paris”, conjuntos de consejos dados a una ama de casa de la Edad Media, así como la “confiture” de membrillo, de durazno, de nabo, zanahoria, zapallo, hinojo y raíces de perejil.

En 1555, Michel de Notre Dame, mas conocido como Nostradamus, explica diferentes maneras de hacer mermeladas en su “tratado de confituras”.

Según una leyenda francesa, la receta de la mermelada de leche nace de la distracción de un chef de cocina del ejercito de Napoleón. Los soldados tenían entonces como ración un tazón de leche azucarada. En plena batalla, la mezcla calentada demasiado tiempo se habría transformado en una pasta untuosa deliciosamente caramelizada.

Una historia argentina cuenta que la cocinera del famoso general Juan Manuel de Rosas, estaba preparando una bebida a base de leche caliente y azúcar cuando alguien tocó la puerta. Fue a abrir y a su vuelta a la cocina, la bebida, demasiada cocida, se había transformado en una suerte de caramelo: el dulce de leche.

En el siglo XIX, la mermelada, considerada como un lujo para algunos privilegios, se democratiza con el descubrimiento del azúcar de remolacha.

Hoy en día, las mermeladas alegran nuestros desayunos y onces. Son cada vez mas sorprendentes, con sus asociaciones de frutas (kiwi-manzana, manzana-pera-naranja), de especies (pera nuez moscada, manzana canela), de chocolate (naranja chocolate, manzana chocolate), hasta con pétalos de flores pero eso es otra historia.

¿PORQUE LA MARTELAISE?

Soy francesa, oriunda de un pueblito del Sur Oeste de Francia, Martel.
Es un pueblo medieval muy bonito, llamado también "la ciudad de las 7 torres". Fue muy famoso por las trufas que se encontraban, ayudados por unos chanchitos, a los pies de los robles, "los diamantes negros".
Mi bisabuela, Anna Delvert, fundó una fábrica de especialidades gastrónomicas de la región, como el "Foie Gras" (higado del ganso o del pato), "Pâté de campo"... y mucho más.
En la familia, nos gusta la buena comida!!!

Aunque prefiero el salado, me fascinan las mermeladas, las especies y las mezclas osadas. Y sobre todo, me encanta dar un gusto a mis amigos o a los niños, golosos de cosas dulces.
Dulces, pero sanas... sin demasiado azúcar... con sabor a frutas y a cariño.




Vivo en Chile hace mas de 15 años. Sus frutas y verduras son exquisitas... así que...
frutas chilenas y recetas francesas... es mi lema.

Actualmente, vivo en Valparaíso, puerto mítico (para los europeos) de SurAmérica.